Unas plumas y un martillo caen al mismo tiempo. ¡Comprobado!

Esto de que unas plumas y un martillo, o una pelota, o cualquier otra cosa caen al mismo tiempo cuando no hay aire cuesta un poco creérselo. La razón es clara, no tenemos experiencias de lo que ocurre en ausencia de rozamiento con el aire. Así que aprovechemos las pocas que tenemos para grabarlas en nuestra retina.

Hay una célebre, realizada por el comandante de la nave Apollo XV, el astronauta David Scott, en la cuarta ocasión en la que el hombre viajó a la Luna. Como nuestro satélite carece de atmósfera es un lugar privilegiado para poder comprobar que, sin resistencia del aire, la masa de los objetos no influye en la velocidad de caída. Scott  dejó caer un  martillo y una pluma sobre la superficie lunar ante las cámaras de la TV y esto es lo que ocurrió:

La calidad de las imágenes de aquella época deja mucho que desear. Por eso es un buen complemento otro vídeo que nos muestra la experiencia realizada en la cámara de vacío más grande del mundo. Se trata de una instalación de la NASA situada en Ohayo, que se utiliza en la actualidad para probar naves espaciales en las condiciones del espacio exterior. Para conseguir el vacío en esta enorme cámara tienen que extraer 30 toneladas de aire que quedan reducidas a 2 gramos, un vacío casi perfecto. El resultado es impresionante:

¿Cuántas vidas tienen los gatos?

Siempre se ha pensado que los gatos tienen una habilidad especial para sobrevivir a las caídas. Se suele decir que » los gatos tienen siete vidas». ¿Qué tiene de cierto esta frase?

Un estudio del Animal Medical Center de New York ha descrito el resultado de la caída, esperamos que fortuita, de 132 gatos desde alturas que alcanzaban los 32 pisos en esta ciudad de los rascacielos. Los veterinarios describen la situación en la que llegaron al centro médico los felinos y afirman que la gran mayoría sobrevivieron a la caída.  Pero sorprende todavía más que los que cayeron desde una altura mayor sobrevivieron en mayor porcentaje.

Los que cayeron desde una distancia superior a seis pisos tuvieron mayores posibilidades de sobrevivir y sólo el 5% de los gatos murieron, mientras que los que cayeron desde una altura entre dos y seis pisos tuvieron una mortalidad del 10%.

La explicación de este hecho está relacionada con la existencia de una velocidad límite en la caída.  Todos los objetos durante su caída están sometidos a dos fuerzas, el peso y la fuerza de rozamiento con el aíre. Mientras el peso es una fuerza constante el rozamiento depende de dos factores: la forma más o menos aerodinámica que presente el objeto y su velocidad. Como ésta va aumentando según desciende, la fuerza de rozamiento también crece. ¿Continuamente? No, hasta que la resistencia del aire iguala al peso. En ese momento se alcanza la velocidad límite y el movimiento se vuelve uniforme.

La velocidad límite es distinta para cada objeto, es menor para los objetos ligeros que los pesados. Un hombre que se lance desde un avión con el paracaídas cerrado alcanza los 200 km/h, en cambio una gota de lluvia se queda en 25 km/h. Quiere esto decir que la altura desde donde se cae tiene una importancia relativa, si ya se ha alcanzado la velocidad límite no va a ser mayor el impacto desde una altura superior.

Realizando fotografías durante el descenso de los gatos se descubre el rápido movimiento que efectúan estos animales, colocan su cuerpo horizontal y extienden sus patas, de esta manera incrementan la superficie frente al aire, lo que hace aumentar también el rozamiento y disminuir su velocidad límite, que se estabiliza en 96 km/h. Todo esto requiere un tiempo. De ahí que sea a partir del sexto piso cuando los gatos logran adoptar esta postura con mayor seguridad.

Se puede ver el informe citado en High-rise syndrome in cats